Para el sector es difícil planificar en un escenario tan incierto. Cautela y paciencia son valores a propiciar. Lo auspicioso es pensar que con la reactivación de la economía lentamente mejoren las perspectivas. Lo perdido ya no se recuperará. Hay un antes y un después del 2020.

Los principales economistas coinciden en que “el 2020” será recordado como un año de pérdidas y aprendizajes. Pensar solo en lo negativo, en la pérdida es hacernos daños. La pandemia era muy difícil de predecir y más aún de evaluar su impacto. 

Las primeras semanas de aislamiento total significó una caída del 90% en las ventas para los expendedores y todos los asociados se vieron afectados por las medidas adoptadas. Con los mismos costos más el stock la situación fue muy compleja. El Estado tardó en hacerse presente con ayuda y aún hoy lo que se recibe solo colabora para mitigar las pérdidas.

 
Consultado para hacer una evaluación a más de 100 días de las medidas de prevención adoptadas frente al COVID 19, el presidente de FAENI Alberto Boz destacó que la situación es dispar en el país. Por el aislamiento social, Capital y provincia de Buenos Aires tienen una realidad distinta del interior del país. Pero hay un común denominador y es que se avecinan meses complicados por la menor actividad comercial en conjunto, el impacto de la caída del PBI y la retracción propia de un futuro incierto. 

 
Según un informe sectorial realizado por FAENI sobre el Mercado de Combustibles a Mayo 2020, este refleja que en el transcurso de los primeros dos meses de presente año, se observa que el nivel comerciado de combustible líquido supera las marcas alcanzadas en el año 2019; en un 8% para el mes de enero y un 6% para el mes de febrero. A partir del mes de marzo, la situación provocada por la pandemia CO-VID 19 ha impactado negativamente en el funcionamiento de las estaciones de servicio de la provincia, con ventas significativamente menores alcanzando en el mes de abril el volumen más bajo de los últimos 2 años. Para el mes de mayo 2020, el informe revela que la situación comienza a revertirse registrándose un alza respecto al mes de abril, pero de todas formas el volumen se muestra retraído, si se lo compara con el mismo período del año anterior. 

 
En la actualidad, hay menor necesidad de transporte por lo cual no se volverá a los valores de venta anteriores a la pandemia, referenció Boz, al tiempo que marcó como un tema preocupante la cadena de pago. Fácil es vender a crédito, el problema surge al momento de querer cobrar.

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Más allá de lo que nos muestra la realidad, los expertos hablan de pensar a futuro. De tener objetivos post pandemia, a sabiendas de que nada será igual. De acostumbrarse a un escenario más restrictivo y de menor consumo y circulación. Con rebrotes circunstanciales y por ende, mucho más cuidado en las actividades. 

Para Boz, la expectativa puede centrarse en el turismo interno. Desde el Estado se está impulsando un salvataje para un sector muy golpeado que puede generar más movimiento y mayor consumo de combustibles. También el transporte necesitará un alivio y cuando nuevamente este en marcha será bueno para el sector. 

Los economistas hablan de una “U”, otros de una “V” para definir la economía y el presente escenario. Para referenciar el presente, el subdirector de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas del Instituto Universitario ESEADE, Iván Carrino, describe que el país se encamina hacia un escenario de “depreflación“, una mezcla de “depresión económica con inflación”. 

“La economía marcha hacia la apertura post pandemia. Pero tendrá que rondar como mínimo 3 años para volver al punto de partida dice el economista Salvador Distéfano” quien destaca que “Los sectores esenciales han seguido marchando con diversa suerte, algunos siguen a paso firme, mientras otros se enlentecieron con el correr de los meses, el consumo se cayó y difícilmente se pueda recuperar”. 

Según el Estimador Mensual de la Actividad del INDEC, la actividad económica cayó un 26,4% en abril, respecto del mismo periodo de 2019 y 17,5% respecto a marzo pasado. La contracción económica acumulada en el bimestre marzo y abril, producto de la pandemia y las medidas de aislamiento obligatorio, alcanzó 25,9%. Valor histórico por cierto. 

Las expectativas a futuro también dependen del momento en el que impacta en cada uno. Para los más experimentados, se vive con decepción pero acostumbrados a crisis económicas y a remontar situaciones difíciles, para aquellos que están en su momento pleno, sufren de pensar que les costará recuperarse y también están decepcionados. Para los más jóvenes dice Santiago Bulat, “Vivir en la Argentina es parecido a una montaña rusa: te asustás con todos los movimientos y sus velocidades, pero siempre terminamos en el mismo lugar. Así, nuestra generación está por cumplir una década en la que no solo la economía no crece, sino que además este año caeremos a niveles parecidos a los del 2008. 

 
En tanto el economista Carlos Seggiaro, profundo conocedor de los sectores productivos del interior y un agudo analista de los procesos económicos de la Argentina, sostiene que existen diferentes velocidades regionales y sectoriales respecto a la marcha de la economía en el marco de la pandemia de Coronavirus. "Hay una profunda recesión, que es mundial, pero una lupa más fina permite ver que en Argentina las cadenas ligadas a la agro exportación están trabajando en un nivel casi normal, o incluso mejor", señaló.
En relación a las petroleras, Boz señaló que surgieron algunas acciones de marketing sobre posibles bonificaciones pero cuando se evalúa en la práctica está lejos de traducirse en ayudas reales. 

 
Es importante destacar que el empresariado en general y el de nuestro sector en particular como pymes dadoras de trabajo genuino, han dado siempre lo máximo posible en cada crisis, acorde a lo que las circunstancias requerían, manteniendo las fuentes de trabajo y el desarrollo de la actividad como eje fundamental, destaca el Presidente de Faeni. Y una vez más lo haremos, pero pedimos al Estado que trabaje también en la faz económica como lo ha realizado en la salud cuidando a todos los argentinos. Entendemos - destaca Boz - que acompañando y dando muestras de que el objetivo es mantener al sector privado de pie produciendo para el bien de todos y sin hipotecar el futuro de nadie, se puede seguir adelante. Solo reclamamos pequeñas correcciones en el accionar cotidiano del Estado y sus relaciones con los privados. 

A modo de conclusión, no se pueden bajar los brazos. Boz destaca que se trata de una crisis donde la actividad instalada está operativa pero al mismo tiempo, el mundo está afectado. Las mejoras serán progresivas. Habrá que continuar pergeñando metas y estrategias post pandemia para esta parte del mundo. Es casi una obligación moral para con quienes han apostado por esta actividad. No desistir es la consigna. La historia lo muestra, hemos pasado tantas crisis y sorpresivamente en 2020 una pandemia. Somos resistentes y deberemos reinventarnos. El ADN argentino nos ayudará.

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